• La siguiente nota es copia de un mail que envié, en enero del presente año, a un grupo de diseñadores comentando sobre la creación de un Colegio Profesional de Diseñadores en Lima:

    Queria compartir mis opiniones sobre la posibilidad del Colegio Profesional de Diseñadores.

    SOBRE LA MOTIVACIÓN

    Uno de los objetivos principales de la formación de los colegios profesionales fue la protección de los usuarios de los servicios. Los colegios agrupaban a los profesionales con formación universitaria comprobada a fin de evitar practicas dudosas o riesgosas de la profesión. Y ese aspecto tiene que ver con la característica de servicio publico y seguridad ciudadana. Es decir, un medico informal y no colegiado puede poner en peligro la salud de sus pacientes. Igualmente lo haría un ingeniero civil que no sabe calcular las estructuras de un edificio, poniendo así en peligro la integridad de sus futuros moradores. Pasa algo parecido con las enfermeras, los abogados, los arquitectos, etc.

    La motivación principal fue la búsqueda de la formalidad en el ejercicio de la profesión, pero no porque los profesionales se sentían mejores que los informales o porque se creían con más derecho por haber estudiado más años sino porque la practica informal podría ser peligrosa. Por ello, estos profesionales necesitan la colegiatura para ejercer.

    El diseño grafico –por su ejercicio- se parece más al periodismo, que también tiene su colegio. Los periodistas se colegiaron para tener un ente que defienda sus derechos de las posibles violaciones de la libertad de prensa y para velar por la ética de la profesión. Pero para ejercer de periodista no se necesita estar colegiado. Esta situación, sumada a broncas políticas e intereses personales, hicieron que este colegio terminara en un estado deplorable.

    SOBRE EL MERCADO

    El diseño no es percibido como un elemento importante en la formación de cualquier empresa. Suele tomarse como algo secundario que lo puede hacer un sobrino de 15 años que maneja algo de computadora. O en el mejor de los casos se ve como algo estético, un agregado bonito (la cereza del helado como la llama el diseñador español Manuel Estrada). A esto se suma la competencia de los profesionales recién egresados que quieren ganar experiencia, los operarios de diseño (aquellos que llevaron un cursito sobre programas) y los informales como Wilson.

    Este tema del mercado también se relaciona con el aspecto del riesgo que significa para un cliente irse con un informal. Si un cliente decide ir a Wilson a que le hagan un logotipo no esta poniendo en riesgo ni su salud, ni su vida, ni su situación jurídica. Máximo no cumplirá sus objetivos de comunicación y su logotipo pasara desapercibido provocando poca recordación de su marca (y hasta menores ventas de las que pudiera haber tenido con una mejor imagen). Pero nada mas. Ese cliente se sentirá satisfecho con el resultado obtenido y el monto invertido y se ira contento a su casa. Desconoce lo que perdió por no haber acudido a un profesional.

    SOBRE LA REALIDAD DEL DISEÑO EN NUESTRO PAIS

    El conocimiento que la mayoría de personas tiene sobre el diseño es mínimo. La mayoría no sabe en que consiste y muchos ni siquiera saben que es una profesión.

    En nuestro país hay dos o tres exhibiciones de diseño gráfico al año (del año pasado recuerdo la de Hermann Zapf y la de afiches de la guerra civil española), además de las exposiciones de fines de ciclo de las carreras de diseño. Existe desconocimiento sobre el diseño peruano precolombino. No hay mucho espacio para la investigación. Hay pocos cursos profesionales de diseño (más allá de la enseñanza de programas de computadora). Y ni hablar de post grado: No hay diplomados y mucho menos maestrías en diseño. Sin ir muy lejos México y Argentina nos llevan por delante muchos años.

    Ahora yo creo que talento si existe de sobra en nuestro país, es cuestión de organizarse. Sobre esto hay mucho que hacer. Y creo que comenzar con una ASOCIACIÓN donde se pueda hacer cosas al respecto seria bueno (a propósito, ya existía una asociación, la ADG, que antes sonaba más -inclusive sacaban la revista Modulor- pero que en los últimos años se ha apagado).

    CONCLUSIONES Y LINKS

    En conclusión, pensar en un colegio me parece que se asemeja a pensar en un mercedes cuando no se tiene ni para la combi. Me parece más adecuado la formación de una asociación. Y bueno, sea colegio o asociación, de todas maneras valoro mucho las ganas de hacer algo. Eso es muy importante y habría que traducirla ya en acciones. Si en algo puedo ayudar estoy a su disposición.

    En este links hay una discusión sobre el colegio profesional en Argentina:

    http://www.irenefernandez.com.ar/badd/2005/12/15/la-colegiatura-viene-bajando/#comments

    Aquí un artículo sobre la necesidad de difundir el servicio de diseño más alla de las corporaciones o las grandes empresas:

    http://www.foroalfa.com/A_Acosta_001.php



  • En el año 2001 asistí a una exposición de diseño gráfico en la Galería de Artes Visuales de la Universidad Ricardo Palma. Bajo el nombre de “El lápiz bien temperado: Diseño Gráfico de la década del 60” se presentaban trabajos de los primeros diseñadores gráficos –extranjeros y nacionales– que ejercieron en Lima: Barandum, Bossard, Bovey, Bracamonte, Dieterich, Escalante, Gonzáles, Liendo, Ruiz Durand, Santa Cruz y Stockli. La exposición era también un homenaje a José Bracamonte, ilustre diseñador peruano fallecido en 1991.

    Esa visita constituyó una revelación para mi. Conocía algunos de los expositores –inclusive Jesús Ruiz Durand me dictó el curso de Producción Gráfica en la Universidad– pero hasta eso momento ignoraba el proceso histórico y social, así como las influencias del diseño suizo, en el que se había iniciado el diseño gráfico como actividad profesional en nuestro País. Al respecto Manuel Munive escribe:

    Hacia fines de los años cincuenta y durante la década de los sesenta, Lima vivía un ambiente promisorio, respaldado por el relativo florecimiento económico que se estaba produciendo (...) Algunas importantes firmas comerciales de la capital empezaban a ostentar logotipos atractivos, que llamaban la atención del público, determinando una distinta manera de sentir lo modero (...) Algo decisivo para este desarrollo lo constituye el arribo a Lima de grandes empresas comerciales suizas dedicadas a los rubros de Hotelería, Química, Banca y Seguros, las que al poco tiempo traen diseñadores desde su patria para que se encarguen primordialmente, de construir su imagen”.

    En siguiente notas presentaré más información sobre cada diseñador, así como algunos de sus trabajos. La información la he extraído de los textos del folleto de presentación (documento que atesoro con orgullo y recelo) así como por algunas referencias personales.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...