• Algunas palabras y reflexiones para describir La Habana


    Paradójica, nostálgica, musical, agobiante. Son algunas palabras que vienen a mi mente para describir a La Habana. Mientras se me ocurren otras voy a contarles, a partir de cada palabra, experiencias e ideas que alternaré con algunas fotografías.


    Paradójica
    Es la palabra que describiría con mayor justicia a esa ciudad. La gente local es pobre pero la ciudad es cara. Un trabajador cubano puede recibir unos 25 dólares de sueldo mensual, sin embargo un servicio de taxi le puede costar a un extranjero unos 10 dólares.

    Puedes ver una señalización urbana de primer mundo con un sistema de transporte escaso y deficiente. Puedes ver un Capitolio mismo Washington (incluido el carrito de venta de hotdogs y coca colas), luego girar la cabeza y encontrarte con edificios decadentes y hacinados.



    La gran mayoría de pobladores son alfabetos, pero no hay acceso a variedad de contenidos. Mucha instrucción, poca educación. El Internet es escaso y caro. Sólo se encuentra en hoteles, aeropuertos, centros de estudio e investigación. Llegué a pagar hasta tres dólares por 15 minutos.

    Los mensajes propagandísticos abundan. Frases pro revolución por doquier. En las calles, plazas y carreteras. Mucha propaganda. Nada de publicidad. La publicidad es cosa de mercados de consumo. En la Habana se consumen ideas. Es más, sólo se consume una idea. La de la revolución. El domingo que llegué hubo elecciones, teniendo un sólo partido.

    Podría seguir narrando las contradicciones de esta ciudad pero las otras palabras esperan su turno para ser explicadas.

    Nostálgica
    Detenida en el tiempo, La Habana es una ciudad que respira nostalgia. El centro de la ciudad se llama La habana Vieja. Buen nombre. Autos de los años 50 muy bien conservados, edificios antaño glamorosos hoy son, en los mejores casos, Hoteles o instituciones y, en los peores, barrios pobres o tiendas frugales.


    Musical
    El ritmo y la música se sienten en el aire. La salsa, el bolero, la guaracha. Los ritmos están en el andar cadencioso de sus guapas mujeres. En el paso sandunguero de sus hombres. En sus bailes y canciones. En sus instrumentos. En su alegría. Aquí no se gana pero se goza.

    Agobiante
    Primero por el calor tropical. Segundo por la sensación de ser la ciudad un exprimidor y yo tener jugo de limón en la venas (“parafraseando” una tira de Mafalda). Los hoteles, taxis y restaurantes te cobran por todo y con todo. Y en algunos casos te estafan con la cuenta, como nos sucedió con unos amigos mexicanos cuando intentaron cobrarnos varios tragos de más. Como buenos latinoamericanos pobres y desconfiados revisamos la cuenta y advertimos el timo. No quiero imaginar las veces que se las deben hacer a los gringos.


    No existe taxímetro, sin embargo los taxistas no te dicen con anticipación cuanto te van a cobrar. Sólo te dicen “sube”. Hay que insistirles para que te digan el precio antes de arribar al auto.

    El concepto de calidad de servicio no es extendido. Eso de que el cliente es la razón de ser de un negocio no existe. Una recepcionista puede tener un cliente al frente y seguir manteniendo una conversación telefónica por varios minutos sin dar explicaciones o disculpas al cliente que la espera. Eso si, para cobrar aparecen la prontitud y la eficiencia.

    Parece que no te quieren en su ciudad. Tu dinero si lo quieren, pero a ti no. Eso se resumió en la respuesta que un taxista cubano nos dio a mi y unos amigos colombianos cuando le comentamos lo caro que nos parecía su tarifa: “Uds. tienen dinero, porque Uds. pueden viajar en cambio nosotros no”.

    Todo esto produjo un gran deseo de retorno a mi país al segundo día de estancia en esa ciudad.

    Conocer a la Sra. Selene y su hija, quienes me dieron hospedaje durante mis últimos días en La Habana, me hizo sentir bien recibido. Ellas alquilan una cómoda habitación dentro de su casa y te atienden con cordialidad y alegría. Su hospitalidad me conmovió y me hizo pensar en, tal vez, algún día regresar, posibilidad que, antes de mi encuentro con estas dulces señoras, había anulado por completo.

    4 comentarios → Algunas palabras y reflexiones para describir La Habana

    1. Anónimo dijo... 14/11/07 8:55 p.m.

      Tienes toda la razón pata, la Habana es una ciudad de contradicciones, pero no te preocupes tus amigos mexicanos estamos planeando la revancha de aquella cuentas de mojitos de más, jejejeje

      Creo que una de las grandes enseñanzas de este viaje fue que el arma más poderosa de un cubano es LA BOCA, te envuelven poco a poco y no te das cuenta hasta que caes en su trampa, así que agregaré unas palabras que me dijo hace unos días nuestro amigo Luís Almeida: “ a Cuba hay que ir con la cartera bien agarrada y el corazón frío”, porque los cubanos te tratan de sacar dinero como sea, a pesar de eso para mi fue un viaje enriquecedor, pero si pensaría más de dos veces el regresar.

    2. asu mamá, y yo que quería ir. Pero ya estoy ahorrando para China... Felicidades Gabo, yo aún no hago mi crónica de Buenos Aires...

    3. Anónimo dijo... 16/11/07 9:53 p.m.

      Alquila la pelicula "Habana Blues" para que complementes tu experiencia. Yo aun tengo pendiente ir a La Habana para complementar la película, jaja.

    4. Muy buen resumen de lo q es las Habana, un lugar de contradicciones... como toda capital abundan los oportunistas y la gente q se quiere aprovechar de uno, pero ya teniendo una experiencia como esta creo q las siguientes visitas podran ser mas agradables. Oye te falto agregar de q cuando uno va a una disco las mujeres son de lo mas accesibles pero todo tiene su costo incluso unas parecen virus tratandose de meter por cualquier lugar.
      Mi buen Gabriel un gusto conocerte en la isla. y espero verte pronto, un abrazo viejo.

      .H

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